sábado, 28 de enero de 2012

PARA VARIAR, TIEMPO

Siempre ha sido mi asunto pendiente. Eso de pensar que los segundos pasan irremediablemente. Eso del capricho de las horas. Eso de que es imparable y omnipresente. Eso.
Tomarse las cosas con calma es olvidarse de todas esas rencillas imposibles de olvidar, y como he dicho, olvidarlas. Hoy no debería tomarme las cosas con calma, porque he de hacer mucho, y no lo hago. Tengo un examen el lunes, y no tengo buenas vibraciones. No parece importarme: he olvidado que me importe.
¡Qué cruel! Incluso olvidándome de lo importante del tiempo, me atrapa en una espiral de parsimonia, que desembocará en un triste cinco. ¿Por qué sigo escribiendo aquí?

Me encantaría tener a alguien con quien conversar de castellano. Ojalá alguien me recitara una poesía. Mi poema favorito está a un brazo de mí, pero con mi voz pierde la magia. 
Quiero que la calma me llene, hasta recordar que realmente el tiempo apremia.

¡Qué bonito es el olvido! ¡Cómo quisiera olvidar mi voz!

1 comentario:

  1. Yo te recito una poesia virtual : )

    Señores pasajeros buenas tardes
    y Nueva York al fondo todavía,
    delicadas las torres de Manhattan
    con la luz sumergida en una muchacha triste,
    buenas tardes señores pasajeros,
    mantendremos en vuelo doce mil pies de altura,
    altos como su cuerpo en el pasillo
    de la Universidad, una pregunta,
    podría repetirme el título del libro,
    cumpliendo normas internacionales,
    las cuatro ventanillas de emergencia,
    pero habrá que cenar, tal vez alguna copa,
    casi vivir sin vínculo y sin límites,
    modos de ver la noche y estar en los cristales
    del alba, regresando,
    y muchas otras noches regresando
    bajo edificios de temblor acuático,
    a una velocidad de novecientos
    kilómetros, te dije
    que nunca resistí las despedidas,
    al aeropuerto no,
    prefiero tu recuerdo por mi casa,
    apoyado en el piano del Bar Andalucía,
    bajo el cielo violeta
    de los amaneceres de Manhattan,
    igual que dos desnudes en penumbra
    con Nueva Cork al fondo, todavía
    al aeropuerto no,
    rogamos hagan uso
    del cinturón, no fumen
    hasta que despeguemos,
    cuiden que estén derechos los respaldos,
    me tienes que llamar, de sus asientos.

    By García Montero.

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