miércoles, 29 de enero de 2014

Mi pequeño borrón de tinta.

Y llega la hora de meterse a lío. María Salazar me espera entre sus páginas, no a ser escrita, sino a ser corregida.
Miedo me da la primera lectura. Pánico. Pero a ello voy.

¿Qué sabéis de esa novela?
Llegué a ella tras una acertada crítica sobre la novela de Teilnok: es un buen argumento, pero aún no sabes escribir un libro de esa magnitud. Métete con algo más pequeño, con menos investigación y más fácil de escribir. No más de 200 páginas pequeña, no aspires a tanto porque puedes estropear estos personajes tan brillantes.

Hecho. Un argumentillo que me rondaba desde hacía meses me inspiró, y comencé con "En torno a un río de Cristal". No se escribía solo, pero sí con notable verbosidad. Fue un alivio tras "Teilnok" relajarme un poco y simplemente contar una historia, una historia compleja, pero una historia que no requiere detenerme a cada paso a consultar términos o capítulos pasados o futuros. Le empecé a coger cariño por empezar a tomar forma de libro modesto con el que empezar. Un primer bebé deforme que amamantar. No es brillante, es un entrenamiento. Un "Así se escribe un libro. Estos son los errores cometidos. Estos son los aciertos. Esto es lo fácil y aquello lo difícil." La historia me es familiar, me siento cómoda en ella, así que me dedico a hacer párrafos inteligentes, a atreverme con estructuras y técnicas nuevas -y no siempre con buen tino, he de decir-.
Pero a ello voy, tras unos duros meses en el cajón, la desempolvo, y puede que con cierta ayuda de cierto entusiasta personaje la saque adelante.

Me dedicaré a hacer testimonios regulares para explicar cómo se encuentra mi pequeño borrón de tinta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario